La Muralla Verde: Una versión económica de un clásico del rock mendocino.

“Estoy parado sobre la muralla que divide
todo lo que fue de lo que será...” 
(La Muralla Verde, Los Enanitos Verdes)

El regreso a los escenarios de la histórica banda mendocina Los Enanitos Verdes, hizo resonar nuevamente los míticos clásicos del grupo ante su público fiel. Mientras tanto, fuera de los escenarios, y más cerca de los problemas de la economía provincial, aparece un combo de dificultades en el frente financiero local que viene dado por la combinación de una Inversión en Obra Pública en mínimos históricos sumado a una nueva “muralla verde” de vencimientos de deuda. Una reedición del viejo clásico mendocino, pero representada por los vencimientos de deuda en dólares para 2023 que, para dimensionar su importancia, duplican lo invertido en Obra Pública de los últimos dos años.  

Estoy parado frente a la muralla que divide…

Al observar el perfil de vencimientos que tiene Mendoza en el corto plazo (muy corto plazo) aparecen las preocupaciones. Es que la alarma se enciende cuando se observan los vencimientos de deuda en moneda extranjera que deberá enfrentar la provincia en el próximo año (y en los próximos 4 años). Lo que se debe cancelar en dólares por parte de la provincia a los bonistas privados sólo en 2023 representa el doble de lo ejecutado en Obra en los últimos dos años en Mendoza, o cuatro veces la obra pública ejecutada en el año 2021 (año electoral), todo medido en dólares. La verdadera muralla verde contra el desarrollo y el empleo, más de 400 Millones de dólares a pagar en sólo 4 años, a partir del año 2023. 

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Hacienda de Mendoza.

Del análisis de los números provinciales, surgen algunas preguntas

¿Cuáles son las posibilidades de cumplir con el pago a los acreedores extranjeros? Pago que además ya fue reestructurado en 2020… ¿A qué costo para la economía y la sociedad mendocina?

La situación de la provincia es por demás frágil, y la vía de transmisión de los efectos negativos que puedan ocurrir en la macroeconomía nacional siempre es potenciada por el alto grado de exposición por parte de las finanzas provinciales a variables no manejables, como por ejemplo el tipo de cambio. A esto se le suman algunos condicionantes autoimpuestos por la provincia que son producto de un mal manejo de la economía y la cuestión financiera:

  • El alto nivel de endeudamiento en moneda extranjera, que funcionó como cepo al desarrollo en los años anteriores pero que además resulta un fuerte condicionante hacia el futuro;
  • Una dinámica de recaudación propia que es lenta en comparación con los ingresos nacionales y que reduce los niveles de “autonomía financiera” que supo tener la provincia. Los recursos siguen el ritmo de la lenta recuperación.

¿De dónde vienen los vencimientos en dólares?

Para recordar, una de las claves de estos desequilibrios sobre las cuentas públicas, está en la colocación por parte del Gobierno de Mendoza del Bono PMY24 en dólares por 500 Millones de dólares en mayo de 2016 (luego ampliado en USD 90 Millones) a una tasa en “niveles especulativos” del 8,37 %. Este fue un hecho bisagra en la historia económica provincial reciente, ya que dolarizó y extranjerizó fuertemente la Deuda Provincial, dejándola a merced de los bruscos aumentos del tipo de cambio lo cual tornaría insustentables las finanzas del Estado mendocino que terminó por entrar en default en 2020. De tal modo, la deuda se convirtió en la principal traba para el desarrollo de la economía de Mendoza en los últimos años.

Luego de la restructuración para salir del referido default de la deuda con bonistas extranjeros, Mendoza logró cierto aire financiero que permitieron transitar estos años con reducción considerable de los vencimientos de capital, y fundamentalmente de los intereses de deuda que venía pagando la provincia, pero ese verano parece llegar a su fin porque el tiempo para que la economía provincial generara los recursos para repagar la deuda se ha agotado.

El ajuste llegó ¿Hace rato?

Además de los vencimientos de deuda mencionados, preocupan otras cuestiones, que son parte de la misma problemática. Los datos del año 2021, muestran que la ejecución de la inversión pública sigue ubicándose en niveles de mínimos históricos y esto, sin dudas tiene impactos sobre la economía. La inversión pública es un motor fundamental para la tracción del empleo y para la mejora de la capacidad productiva y de prestaciones públicas del Estado. Este motor ha sido objeto de fuerte ajuste durante los dos años previos.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Hacienda de Mendoza.

Los números indican que el ajuste en la obra pública ya comenzó (¿para pagar la deuda? ¿Alcanza?), y que aún luego del complejo año de pandemia, la tendencia se mantuvo durante el año 2021, y cuesta encontrar en la serie histórica un nivel tan bajo de inversión pública en la provincia.

Por otro lado, también el año 2021, tuvo una sensible subejecución de la partida “trabajos públicos”. Ésta situación no hace más que agravar el problema futuro, incluso financiero porque se hace cada vez más difícil conseguir los pesos (para luego cambiar por dólares oficiales en el MULC – Mercado Único y Libre de Cambios) vía recaudación ante una dinámica de la economía que se encuentra debilitada justamente por los bajos niveles de motorización de la inversión desde el Estado. Un dato contundente que confirma esta situación es que, en el acumulado de los últimos casi seis años (2016-2021), se pagó un 50 % más en Intereses de la deuda, que lo que se invirtió en obra pública.

Desde hace unos años, Mendoza es cada vez más nación – dependiente por el lado de los recursos, y cada vez más dólar – dependiente por el lado de sus gastos debido al alto grado de exposición de sus pasivos. Esto reduce, cada vez más, los márgenes de autonomía financiera provincial y la exponen mucho más a los vaivenes de la economía nacional y el tipo de cambio.

Los altos vencimientos, la baja dinámica de crecimiento de recursos propios, y los niveles históricamente bajos de obra pública que impiden motorizar la economía (y generar mayores recursos fiscales), hacen de Mendoza con una tibia economía a velocidad crucero que no parece alcanzar buen puerto frente a las obligaciones financieras y los desafíos económicos que enfrenta. 

Aprobado el acuerdo alcanzado a nivel nacional con el FMI, que permite refinanciar la deuda de 44.500 Millones de dólares tomados con dicho organismo en el año 2018, Mendoza debe mirar de inmediato las propias dificultades a enfrentar, tal como lo muestran algunos números que dejan ver la fragilidad de sus cuentas públicas, y, por consiguiente, las trabas para su futuro desarrollo. De otro modo seguiremos esperando como esas viejas ilusiones, pasando la muralla ¿Se hacen realidad?

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